
El ser humano es capaz de cambiar su mundo
Francisco, la fraternidad minorada contra el sistema.
16.10.2013 10:27
Todo lo existente es fruto del amor de Dios y todos los seres son sus hijos y por tanto hermanos. Para vivir esto es necesario crear los vínculos sociales adecuados. Sólo apartándose de los hombres, en primer lugar, podrá luego volver a ellos como el hermano universal. Así, podrá crear una comunidad fraterna que no reproduzca los vicios de la sociedad segregacionista que los vio nacer. Una comunidad unida por el vínculo del amor y de la renuncia. Sólo renunciando a todo se puede poseer lo verdadero. Esa renuncia le lleva a la posesión de lo más valioso: el ser hermano menor del mundo. Y aquí la minoridad no es menos importante que la hermandad, porque no es extraño que se creen comunidades fraternas donde los títulos se conviertan en nuevos estamentos sociales: fray, sor, padre. Es importante no olvidar las palabras del Evangelio: “a nadie llaméis padre ni jefe… el que se ensalce será humillado” (Mt 23, 9-11). La tendencia natural de los grupos humanos es crear estructuras que reproducen el pecado del mundo, introduciendo diferencias entre los miembros que no tienen que ver con la fraternidad que se propugna. Francisco era muy consciente de esto y nunca quiso que sus hermanos aceptaran distinciones, llamándose simplemente hermanos menores.
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