El ser humano es capaz de cambiar su mundo


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31.10.2013 13:13

De muerte morirás

El libro del Génesis ha sido uno de los más controvertidos a lo largo de la historia para su interpretación. Desde que se acabara el tiempo de las traducciones literales y comenzáramos a entender que la metáfora, la alegoría y el resto de recursos literarios son muy adecuados para comprender el sentido de los textos bíblicos se han abierto una pléyade de interpretaciones que no siempre están de acuerdo con el sentido que podríamos entender como el original del texto. Suele caerse en lecturas moralizantes que no aportan mucho y se pierden tanto como las literalistas superadas. Creo que ya va quedando poca gente que entienda que el relato de Gn 1-3 tiene algo que ver con la historia efectiva de la humanidad. No hace falta caer en las pueriles preguntas de cómo ha salido la humanidad de una sola pareja o si Dios puso a la serpiente para que pecaran. Lo verdaderamente interesante del relato está en la concepción de la especie humana como una más entre las especies animales, aunque con un rango superior debido a su capacidad de juicio moral y a la libertad de acción. Por tanto, lo que los redactores de este texto querían explicar es el motivo de los males y sufrimientos de la humanidad siendo como es el mundo un lugar creado por Dios para el bien de todos. En el fondo subyace la cuestión de la teodicea, cuestión que el pueblo hebreo se planteo principalmente a partir del exilio en Babilonia, lugar donde se redacta el texto definitivo de Gn 1-3.
 
El capítulo 2 del Génesis nos muestra qué significa ser hombre. Ser hombre es estar ubicado en medio de un núcleo de relaciones. Dios pone un jardín, es decir, una estructura natural que permite a los hombres sobrevivir. Les da, además, una tarea, cuidar y proteger el jardín, pero les da algo más, algo sin lo cual no serían seres humanos: la libertad y sus límites:
 
"como complemento necesario de la tarea, Dios le da al hombre la característica esencial del mismo, la libertad, “de cualquier árbol del jardín puedes comer” (Gen 2, 16). La afirmación tiene un carácter absoluto. Todos los árboles están a disposición del ser humano, es decir, la constitución natural del jardín es para que el hombre la pueda usar y disfrutar. Ahora bien, en relación estrecha con la tarea asignada, esta libertad debe ejercerse con responsabilidad: “pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás”. Toda libertad implica unos límites para que se real, toda libertad está situada. En la naturaleza todo puede ser utilizado, pero no es conveniente su utilización irrestricta, porque la consecuencia es la pérdida del equilibrio entre el hombre y el mundo circundante, lo que equivale a la dejación de la función de custodia del medio al hombre otorgado. El ser humano no es un añadido postizo en el mundo natural, ni tampoco su señor soberano con poderes absolutos. El hombre es el jardinero que mima las flores. Porque el jardín le aporta al hombre todo lo que necesita, todo lo que resulta “deleitoso a la vista y bueno para comer” (Gen 2, 9). No se trata únicamente de crear un mundo que permita la existencia física del hombre, también debe proporcionar belleza estética y concreción moral. Por eso, no deberá abusar de lo que tiene, la consecuencia sería la muerte: “el día que comas de él, morirás sin remedio” (Gen 2, 17). No se trata, como se interpreta tradicionalmente, que Dios prohíba y castigue la trasgresión. Si se analiza bien no se ve relación causa efecto entre una cosa y otra. Sí es la consecuencia directa de los actos del hombre. Dios le advierte de las consecuencias que tienen los actos. El hombre es libre, y su libertad no puede tener restricciones físicas, sólo morales. Es bueno que todo esté a su disposición, pero también que sepa usar con responsabilidad lo que tiene"*.
 
Este texto, que forma parte de mi último libro, deberá ser modificado en futuras ediciones. Sigue siendo válido que la libertad debe tener el límite de la responsabilidad moral y de lo contrario el hombre se hace acreedor de la "muerte", espiritual y/o física, pero es conveniente hacer una pequeña reforma en cuanto al sentido de Gn 2, 17. La traducción castellana de todas las biblias que he consultado tiene el mismo sentido, que es el que yo consideré en el texto: si comes morirás. Mientras tradicionalmente se consideró un castigo, yo lo interpreté como una advertencia. Ahora bien, si vamos al texto hebreo original tenemos una traducción alternativa mucho más acorde con el resto del capítulo y, paradójicamente, más cercano a mi interpretación. Le debo esta nueva visión a Emmanuel Falque (Pasar Getsemaní. Angustia, sufrimiento y muerte. Lectura existencia y fenomenológica, Sígueme, Salamanca 2013, 55-57), uno de los más grandes, si no el mayor, teólogo del actual siglo.
 
El texto de Gn 2, 17 dice literalmente:
 (ומעץ  הדעת  טוב  ורע  לא  תאכל  ממנו  כי  ביום  אכלך  ממנו  מות  תמות)
 
La traducción más cercana al original sería así: porque el día que comieres del árbol de la ciencia del bien y del mal de muerte morirás.
 
Es curioso que la Vulgata respetaba esta traducción:  de ligno autem scientiae boni et mali ne comedas in quocumque enim die comederis ex eo morte morieris.
 
Y la traducción de los LXX también se ceñía a este significado: απ'αυτου θανατω αποθανεισθε.
 
El problema estriba en saber qué significa esta especie de juego lingüístico: de muerte morirás. De qué se va uno a morir si no. Es sabido que el hebreo, como idioma antiguo, posee menos palabras y expresiones que los idiomas modernos y que para expresar algo debe hacer uso de recursos estilísticos como esta reduplicación, morir de muerte. La sentencia no significa quemorirás sin remedio, o tendrás que morir, que es la habitual hoy. Lo que significa es que una vez comido del árbol del conocimiento del bien y del mal serás consciente de tu mortalidad y por tanto sufrirás por el hecho de tener que morir. Estamos, no ante una amenaza, tampoco una advertencia, como yo mismo interpretaba, sino ante una constatación:el día que comen de ese árbol son plenamente humanos, pues son conscientes de su mortalidad. Es el paso a la muerte espiritual, la que de verdad nos constituye como humanos en plenitud.
La consecuencia del pecado no es la muerte física, sino la espiritual. Se aleja así la cercanía entre pecado y naturaleza creada y se acerca el pecado a lo que realmente es: la ruptura espiritual de los límites de lo humano. La muerte que vino con el pecado es la espiritual, no la biológica. De esta manera podemos arrojar definitivamente al infierno de la exégesis y la teología consecuente las interpretaciones que vinculan el pecado con la carnalidad, la naturaleza y la sexualidad y vincularlo con el abuso de la realidad creada. Pecar no es ser finito e imperfecto, pecar es negar la finitud y la imperfección, querer ser como dioses, justo las palabras de la serpiente.
 
Por tanto, el ser humano ha sido puesto, no arrojado, en el mundo con una tarea y una misión: cuidar, proteger y respetar los límites. Cuando no cumple con su misión y rebasa los límites cae en la absoluta depravación que le lleva a la muerte espiritual, causa del crimen y del pecado. Rotas las relaciones que lo constituyen, el hombre se torna un mero animal que sigue unos instintos que lo destruyen como tal. La muerte es algo natural, pero la conciencia de la muerte llega a partir de la superación de los límites, de su negación. Asumir la creaturalidad y sus consecuencias es el inicio de la salvación. Si tomar del árbol lleva a la conciencia de la mortalidad, cuidar, proteger y respetar conducen a la vida. Del cuidado viene el culto y del culto la cultura. Estas son nuestras tareas como humanos y en ellas estamos todos en comunión, en la comunión de los santos.
 
 
*Bernardo Pérez Andreo, No podéis servir a dos amos. Crisis del mundo, crisis en la Iglesia, RD/Herder, Barcelona 2013, 114-115.

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16.10.2013 10:27

Francisco, la fraternidad minorada contra el sistema.

(Extracto de No podéis servir a dos amos. Crisis del mundo, crisisen la Iglesia, Herder, Barcelona 2013, páginas 120-125).
Francisco “fue un enamorado. Un enamorado de Dios, y también un enamorado de los hombres (cosa que encierra, probablemente, una vocación mística todavía más singular). Un enamorado de los hombres es casi lo contrario de un filántropo”[1], con estas palabras se refiere Chesterton al trovador de Asís. Fue un enamorado tanto de Dios como de los hombres y cabría decir que lo uno por lo otro y viceversa, pero lo que no fue de ninguna manera es un filántropoSu amor por el hombre no es un amor genérico, a la humanidad. Como tampoco su amor a Dios es un amor a la divinidad. El amor siempre ha de ser concreto, a algo o alguien. Francisco ama a Dios en los seres creados y ama a los hombres por sí mismos, viendo en ellos un trasunto de Dios. Ese amor concreto a los seres creados es el fundamento de su fraternidad. Ser hermano de todo lo que existe es una constitución básica de Francisco, la fraternidad es su esencia.
La fraternidad sólo puede vivirse en comunidad. El hombre que quiere amar a sus hermanos debe hacerlo a partir de un ámbito compartido en el que los hombres puedan sentirse hermanos del mundo y entre ellos. Lo contrario sería caer en la famosa filantropía que no es sino un sentimiento burgués de pena por el ser humano que no ha tenido la misma fortuna en la vida.Filántropo puede ser un rico vendedor de telas que con las sobras alimenta a los hambrientos que produce el sistema económico que engorda sus arcas. Pero un enamorado como Francisco no puede ser filántropo sino hermano con todas las consecuencias.
 

Todo lo existente es fruto del amor de Dios y todos los seres son sus hijos y por tanto hermanos. Para vivir esto es necesario crear los vínculos sociales adecuados. Sólo apartándose de los hombres, en primer lugar, podrá luego volver a ellos como el hermano universal. Así, podrá crear una comunidad fraterna que no reproduzca los vicios de la sociedad segregacionista que los vio nacer. Una comunidad unida por el vínculo del amor y de la renuncia. Sólo renunciando a todo se puede poseer lo verdadero. Esa renuncia le lleva a la posesión de lo más valioso: el ser hermano menor del mundo. Y aquí la minoridad no es menos importante que la hermandad, porque no es extraño que se creen comunidades fraternas donde los títulos se conviertan en nuevos estamentos sociales: fraysorpadre. Es importante no olvidar las palabras del Evangelio: “a nadie llaméis padre ni jefe… el que se ensalce será humillado” (Mt 23, 9-11). La tendencia natural de los grupos humanos es crear estructuras que reproducen el pecado del mundo, introduciendo diferencias entre los miembros que no tienen que ver con la fraternidad que se propugna. Francisco era muy consciente de esto y nunca quiso que sus hermanos aceptaran distinciones, llamándose simplemente hermanos menores.

 
El orden actual del mundo debe ser calificado como un orden injusto que provoca el sufrimiento de inmensas mayorías y el equivocado disfrute de una pequeña minoría. La mal llamada Globalización supone lo uno y lo otro a la vez. Se globaliza el sufrimiento y se localiza el goce obsceno de las riquezas. Es un proceso dialéctico por el que unos tienen lo que otros pierden; unos necesitan lo que a otros les sobra. La riqueza se engendra a partir del empobrecimiento y este es fruto de la acumulación exagerada de recursos. Según nos recordaba hace dos años Benedicto XVI[2], hay en el mundo suficiente para que todos podamos vivir dignamente, pero el injusto reparto de las riquezas hace que unos sufran carencias materiales y otros morales. Pero esta perspectiva no relaciona la pobreza con el deterioro medioambiental. Es necesario aclarar que no es un modelo injusto de reparto, sino que es un modelo injusto de producción. Aunque cambiara el reparto de la riqueza el modelo seguiría siendo injusto, porque el modelo productivo es inmoral desde todo punto de vista. En primer lugar porque no tiene en cuenta los límites ecológicos del planeta y produce hasta la destrucción. Pensemos en lo que hacen empresas como Ikea con las selvas vírgenes. Pero, en segundo lugar, no tiene en cuenta la dignidad humana en el proceso productivo. De nada serviría repartir la riqueza producida por Nike con mano de obra infantil. Lo justo sería que dejara de producir en esas condiciones y después hablaríamos del reparto.
 
He aquí que una justa producción nos llevaría a un justo reparto, porque el modelo de producción debería tener en cuenta la dignidad humana. El ser humano no es una pieza más del proceso productivo. De los factores que intervienen en la producción: capital, recursos y trabajo, este último, el ser humano, es el más importante. El sistema productivo debería estar orientado al ser humano, a satisfacer sus necesidades materiales y espirituales, teniendo presente los límites ecológicos. El capital sólo debe ser un instrumento para conseguir este objetivo. Pero en el Capitalismo, el instrumento se ha tornado un fin en sí mismo. Ha tomado las riendas del proceso y ha subyugado a la naturaleza y al ser humano, sobre todo en los estertores del Capitalismo, el capital financiero, con las catastróficas consecuencias que hemos observado en estos últimos tiempos.
 
Estamos en condición de afirmar que la fraternidad de hermanos menores implica la tensión dialéctica con un mundo poseído por la injusticia y la depredación. Ser hermanos lleva a compartir todo con todos y ser menores lleva a renunciar a lo que justamente se debería poseer. Ser hermano universal y ser el menor de todos implica la renuncia a toda posesión y vivir a la expectativa del don caritativo del otro. La mendicidad que califica a las órdenes nacidas en el siglo XIII tenía primariamente un carácter de oposición al orden social existente del que la Iglesia también se beneficiaba. Como nos recuerda M. D. Chenu en su Santo Tomás de Aquino y la teología, “hacer voto de mendicidad quiere decir, en el siglo XIII, rechazar categórica, institucional y económicamente el régimen feudal”[5]Este rechazo del régimen socioeconómico del tiempo aquel implica el rechazo del régimen actual: el Capitalismo. La fraternidad minorada implica la destrucción del modelo devorador del ser humano. La mendicidad puede hoy ser traducida como austeridad extrema y renuncia a los beneficios de un modelo económico homicida y ecocida. El franciscanismo puede aportar, con enorme valor, un modelo de relación social basado en las relaciones de igualdad fraterna y de austeridad solidaria con los sufrimientos de los pobres y de la tierra.
 
Hay un episodio muy conocido de la vida de Francisco. Cuando su padre le reclamó las posesiones que él tenía, Francisco le devolvió todo, hasta las ropas que llevaba y que habían sido elaboradas en un modo de producción que reducía las personas a instrumentos de obtención de riqueza. No quiso poseer aquello que se había obtenido injustamente y que el Evangelio reprobaba con tanta fuerza. Francisco fue coherente consigo mismo y con el Evangelio, dando así un modelo diferente de relación social, “la opción social de su pobreza se sitúa totalmente en el plano de una reacción contra todas las formas de abuso y sobro todo contra aquellas que, por herir a los más humildes, a través de ellos alcanza al mismo Cristo”[6].

 

 



[1] Gilbert K. Chesterton, San Francisco de Asís, Juventud, Barcelona 2004, 11.
[2] Benedicto XVI, Discurso al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, (9 enero 2006).
[3] Naomi Klein, La doctrina del shock. El auge del Capitalismo del desastre, Paidós, Barcelona 2007. Es altamente recomendable la lectura del capítulo 2 donde cuenta cómo se llevó a cabo la implantación mundial de las doctrinas de Milton Friedman. Sólo con mucha sangre se puede imponer el mal.
[4] José Antonio Merino, Francisco de Asís…, 151.
[5] N. Fabbretti, “Francisco, evangelismo y comunidades populares” en Concilium 169 (1981), 353.
[6] M. Mollat, “La pobreza de Francisco: opción cristiana y social” en Concilium 169 (1981), 341.

 

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14.10.2013 12:43

Auge y caída del Virreinato del Sur de los Pirineos

Tras dos años de gobierno ultraneoliberal en este país y con los presupuestos generales del Estado sobre la mesa para el tercer año del Virreinato del Sur de los Pirineos, podemos establecer las líneas maestras establecidas por los gobernantes de este, de facto, Virreinato en que se ha convertido España. Líneas maestras que solo persiguen, para cualquiera con dos dedos de frente, destruir la capacidad productiva de la colonia de modo que pase a depender de modo absoluto de su metrópolis, en esta caso una metrópolis ubicua, sita en todos aquellos lugares donde reside el dinero que gestionan los fondos de inversión, los grupos financieros y los capitales internacionales vinculados a las políticas del Marco-Euro. Estos capitales residen principalmente el Alemania y sus satélites, Suiza, Dinamarca, Luxemburgo, pero también se sitúan en Londres y Wall Street.
 
La construcción del Euro y la zona del tratado de Maastrich puso los pilares para el salvamento de un modelo de capitalismo europeo con base en el Marco alemán. El diseño de la política financiera benefició con toda claridad los intereses de los financieros y empresarios alemanes, necesitados de un espacio vital más amplio para sus exportaciones y asegurarse un ejército en reserva de trabajadores para competir con los poderosos sindicatos alemanes. A principios de los noventa la nueva Alemania reunificada estaba dando signos de fatiga financiera. A la RFA se le había atragantado la RDA y necesitaba ampliar capitales, de ahí surge Maastrich y la propuesta de una moneda única, trasunto europeo del todopoderoso Marco alemán. Los capitales ociosos alemanes corrían riesgo de una deflacción intensa de sus beneficios con lo que había que colocarlos a buen interés en algún sitio y ahí llegó la ocasión para los espabilados financieros españoles. Con la victoria de Aznar vieron la luz de la nueva Arcadia iluminar sus cuentas bancarias. Dos medidas se dieron prisa en adoptar: liberalización del suelo y permisividad hipotecaria. Fue un verdadero boom financiero: los capitales alemanes fluían con avidez hacia España, con rentabilidades de dos dígitos. Con este alivio financiero Alemania prosiguió su época dorada, pero aplicando políticas de ajuste laboral mediante el espantajo del fontanero polaco y el currito español que podrían quitar el empleo a un alemán con demasiados derechos. Los sindicatos firmaron cuanto el chantaje político del gobierno socilademócrata quiso conseguir.
 


 

Pasados cinco años, los capitales alemanes ya no tenían donde situar sus enormes beneficios. Portugal, Irlanda, Grecia y las hipotecas basura americanas no daban para más y llegó lo que tenía que llegar. El emperador, el kaiser, estaba desnudo y todos esos capitales eran puro humo especulativo que no tenía base real. Alemania hubo de rescatar a sus bancos por casi el billón de euros del desastre de las hipotecas subprime y apenas tenía liquidez para proseguir con su actividad. Entonces llegó la solución: convertir la zona euro en una gran colonia para salvar a la metrópoli. Grecia, Portugal y después España, empezaron a pagar los platos rotos del modelo capitalista alemán. Impusieron una reforma de la Constitución para asegurar que los bancos alemanes cobraban sus especulativas, y por tanto arriesgadas, inversiones hipotecarias en España. En cualquier manual capitalista se enseña que quien corre un riesgo puede ganar o perder, pero este capitalismo está trucado y la banca siempre gana. A partir de ahí, España se ha convertido en una colonia que debe aplicar las políticas impuestas.
 
El actual gobierno, de forma especial, es un alumno ejemplar y aplica de forma sistemática las imposiciones alemanas. En dos años ha conseguido impedir que nuestro país tenga industria energética propia que pueda darnos independencia. Ha conseguido que la estructura social del Estado se vea reducida a lo anecdótico. Ha conseguido que nuestras universidades generen trabajadores altamente cualificados que pueden ser moderadamente remunerados en Alemania y además convertir a todos los posibles trabajadores en carne de cañón de la explotación laboral. La legislación laboral española nada se diferencia de la aplicada en países subdesarrollados, donde una pequeña porción se beneficia de unos derechos que se niegan a la inmensa mayoría. Los derechos sociales básicos están siendo transformados en privilegios que deben ser pagados. La población española está siendo segregada en grupos muy bien diferenciados. De un lado los que se podrán permitir una vida de calidad y de otro los que se verán arrastrados a la miseria y la explotación, una porción cada vez más amplia de la sociedad.
 
El Virreinato del Sur de los Pirineos ha tenido una escasa vida. Apenas nació en 2010 y está a punto de fenecer por no poder mantener su misma estructura. Los presupuesto del Estado del próximo año son la partida de defunción de España como un país moderno occidental. Tras 2014 será necesario traer tropas extranjeras para contener una situación social convulsa y explosiva. El colchón familiar se acaba a pasos agigantados, la atención sanitaria excluye a una parte importante de la población, la educación es una parodia de lo que fue y el Estado social y de derecho ha pasado a la historia. Es hora de que nos tomemos esto en serio y seamos de verdad patriotas. Salvemos España de la destrucción sistemática a la que nos llevan estas políticas. Que la Virgen del Pilar nos dé la fuerza necesaria para expulsar hogaño, como antaño, de nuestra patria a los ladrones y vendepatrias varios.

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03.10.2013 09:39

La gran tentación de la Iglesia

Las palabras de Francisco, sean donde sean y a quien se dirijan dejan titulares impactantes siempre. Nada de lo que dice o hace carece de un profundo sentido eclesial. Hasta ahora habíamos oído a Francisco hablar de los presbíteros y obispos, de las mujeres en la Iglesia, de los laicos, de la pobreza, de la solidaridad, de la justicia, del capitalismo y de tantas cuestiones pendientes en la relación de la Iglesia con el mundo actual y dentro de ella misma. Sin embargo, aun no habíamos oído una carga teológica profunda contra un modo de ser y de hacer Iglesia que nos estaba alejando del núcleo duro de la experiencia católica: el ser mediación. Durante muchos siglos, la larga era constantiniana, la Iglesia suplantó la realidad divina, siempre última, y se presentó ante el mundo como la presencia real de esa realidad última. En palabras de Loisy, Jesús predicó el Reino, realidad última, y vino la Iglesia, realidad penúltima, mediación del Mediador, Cristo. La Iglesia, en tanto mediación, es necesaria para que los hombres, tomados como pueblo, puedan vivir la salvación que es el Reino de Dios en el encuentro con Cristo, el Mediador de la salvación de Dios. Pero la Iglesia no puede presentarse como la mediadora de la salvación, porque eso sería elevar a rango de realidad última lo que no es sino una realidad penúltima. En otras palabras, sería convertir una realidad creada en algo divino, de culto; sería una idolatría y de las peores pues corruptio optimi pessima.

 
Las palabras, sin papeles, de Francisco al Ponticio Consejo de Comunicación Social el pasado 21 de septiembre, permiten comprender la conciencia de Iglesia del papa, una conciencia de mediación del Reino y por tanto de la salvación de la humanidad en el encuentro común por aquello que nos hace verdaderamente humanos. Aunque el discurso lo lleva preparado, en varias ocasiones se sale de lo escrito y ahí es donde explica con fuerza y coraje un mensaje que cala hondo en la Iglesia de hoy. En el vídeo que acompaña este post podemos ver, a partir del minuto 14, cómo deja Francisco el papel y explica a los cardenales y obispos allí reunidos, que "hoy tenemos una gran tentación en la Iglesia", todos, él mismo también, una tentación en la que llevamos enfrascados muchos siglos y de la que no son capaces de soltarse muchas conciencias. Estas palabras venían a propósito de que la comunicación social de la Iglesia debe estar al servicio de un encuentro personal con Cristo "que no puede ser manipulado". Ahí es donde Francisco inserta su denuncia a una forma de ser y hacer Iglesia que está demasiado arraigada en la conciencia eclesial. 
 
Pues bien, y aquí viene lo importante, la gran tentación de la Iglesia no es el poder ni el dinero, no, la gran tentación de la Iglesia de hoy y de siempre, la que puede hacer que deje de ser sacramento universal de salvación, es pretender sustituir a Cristo, querer ser la Mediadora, no la mediación del Mediador. De ahí que Francisco identifique la tentación como"acoso espiritual, manipular conciencias, un lavado de cerebro teológico, que al final lleva a un encuentro con Cristo puramente nominal, no con la persona de Cristo vivo". De esta manera, la Iglesia no se diferenciaría en nada de los ídolos, que dejan a los hombres amarrados a su miseria humana y no les hacen ir hacia la ultimidad de la existencia. Este es el mayor peligro para la Iglesia, porque dejaría de ser lo que Dios la llamó a ser. La Iglesia, continuación temporal del cuerpo real de Cristo, tiene como misión hacer presente el Reino para que los hombres se encuentren personalmente con Cristo, este es su ser y su misión.

 

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21.08.2013 17:26

Un erial, un páramo yermo y desolado.

Un erial, un páramo yermo y desolado, esto es lo que vamos a dejar en este planeta a la vuelta de unos decenios. No tenemos arreglo, nada puede cambiar este rumbo que hemos marcado mientras no cambiemos de modelo social y económico. Lo he dicho de mil maneras distintas en los más de 600 post de este blog y ya me duele hasta el aliento de tanto repetirlo. Ayer mismo, mientras comíamos con un buen amigo, hombre de fe y esperanza, me decía que no debía caer en la desesperanza (me conoce bien y me lee y sabe por dónde voy) y sé que es así, que no podemos permitirnos el lujo de la desesperanza, que en Jesús seguimos el camino de un ajusticiado, vencido y destrozado por el imperio, pero que ese es el único camino que lleva a la salvación de la humanidad. Sin embargo, mi pesimismo respecto a la humanidad se agranda a cada dato que conocemos, a cada nuevo peldaño que bajamos en el foso de la autodestrucción colectiva en la que nos sume el modelo egoísta y suicida que es el capitalismo global imperante. Como parte de nuestra alma como humanos, el capitalismo nos ha sumergido en la más voraz y atroz destrucción del medio natural que nos permite vivir en este Universo, el único del que tenemos conocimiento y donde existimos como los únicos seres ¿inteligentes? que lo habitan.
 
La Agencia Internacional de la Energía (AIE), tradicionalmente conservadora en sus análisis sobre la escasez de petróleo y las consecuencias del cambio climático, ha publicado su informe de 2012cuya lectura no deja mucho lugar a la esperanza si se sabe leer entre líneas. Aunque quiere ser un informe abierto a las opciones de cambio, deja bien a las claras que ya es imposible evitar el escenario escalofriante de un aumento de 3,6ºC para finales de siglo. Hay que tener presente que esta agencia fue la última en sumarse a la afirmación del Peak Oil, hecho que se produjo en agosto de 2008, momento en el cual la extracción de petróleo crudo empezó a decaer de forma progresiva y sin fin hasta que no sea suficiente para mantener este modelo de desarrollo social. La AIE, de manera muy prudente, ha ido confirmando uno por uno todas las previsiones de aquellos que eran tildados como catastrofistas. Es decir, los catastrofistas tenían razón. En el año 2000 se extraían 77 millones de barriles de petróleo diarios y se consumían 78 millones, pero en 2013 el petróleo crudo extraído es de 68 millones de barriles diarios frente a un consumo de 90 millones. De dónde salen esos 32 millones que faltan. Salen de las arenas bituminosas, del esquisto y del petróleo pesado de aguas profundas. Este petróleo no tiene ni la mitad de poder calorífico del crudo y tiene un coste de extracción y procesado entre 20 y 50 veces superior al crudo. Además, y esto es lo más grave, su extracción supone una contaminación añadida, sea porque se liberan grandes cantidades de metano o porque se contaminan las aguas subterráneas. Todo esto lleva a la AIE a establecer como inevitable el ascenso de temperatura global letal de los 3,6ºC, recelando que será muy superior, siendo como son tan conservadores en sus vaticinios.

La locura que supone la búsqueda de recursos energéticos a cualquier precio está llevando al planeta a la catástrofe medioambiental. El estado de Texas, por poner un ejemplo, se está quedando sin agua potable debido a la extracción del gas de esquisto del subsuelo. El frackingresulta altamente contaminante y muy peligroso para el medio natural. En las aguas profundas del Golfo de México o de Venezuela se está poniendo en peligro la estabilidad del lecho marino. En las tierras bituminosas de Rusia o Canadá se destruyen grandes extensiones para extraer esa escasa energía. En las selvas tropicales se hacen perforaciones que otrora resultaban ineficientes y que ahora pueden resolver la adicción energética del modelo económico por unos meses. En los litorales donde hace unas décadas no resultaba rentable, ahora se proyecta perforar y poner en riesgo caladeros de pesca y el paisaje que atrae el turismo. Todo se pone en riesgo por un poco más de energía sin llegar a plantearse la necesidad de cambiar el modelo.
 
Según la AIE, en 2012 ya se había consumido la energía comprometida para 2035 si no queríamos sobrepasar las 450 ppm de CO2 en la atmósfera. Dicho de otra manera, 2013 es como 2035 en términos de cambio climático según el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), y 2020 será como 2050 y 2035 como 2100. Es decir,a la vuelta de la esquina nos podemos ver con 450 ppm de CO2 en la atmósfera y 3,6ºC de aumento de temperatura media; una catástrofe climática en 22 años. Creo que es para pensarlo bien. De seguir como vamos dejaremos el planeta Tierra como un erial en el que no pueda sobrevivir la humanidad, un páramo abominable donde la desolación se extienda e impida la belleza que fue y aún hoy es esta maravilla de la Creación que es nuestro planeta.

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30.04.2013 09:35

¿Y ahora qué?

 

Se hace difícil pensar en quién será el próximo chivo expiatorio del gobierno que cargue con las culpas por la situación económica, aunque sabemos que puede sorprendernos todavía más. Ciertos voceros, por no decir bocazas, del gobierno, han tenido la osadía de pedir a otros que pidan disculpas por los datos del paro. Tras 15 meses de gobierno y 1,2 millones de parados más, aún están pasando la factura al anterior gobierno. Decididamente seguirán sin madurar y creyendo que la ciudadanía es disminuida mental. Al fin, el problema es de ellos. A nosotros nos compete, ya que el gobierno no lo hace, hacer un análisis lo más preciso de las causas y consecuencias del dato terrorífico que arroja la EPA del primer cuatrimestre e intentar apuntar alguna salida a este marasmo en el que nos han anclado; los unos y los otros. Es falso que la culpa recaiga sobre este o sobre el anterior gobierno, recae sobre las políticas adoptadas desde 1993 para cumplir con el pacto de estabilidad que imponía Maastrich y los requisitos para acceder al euro. Ahora estamos viendo las consecuencias.
 
Las políticas aplicadas en las últimas dos décadas en España abonaban el terreno para el crecimiento especulativo de la economía, basado principalmente en el turismo y la construcción. Al principio, los 10 años que van de 1993 a 2002, la evolución económica era lenta al mantener la peseta y controlar la impresión de moneda. Pero la entrada en el euro disparará la financiación de las políticas especulativas por parte de una Alemania con superávit financiero. Los bancos alemanes y su órbita de influencia, debían buscar rentabilidad para sus pasivos y la encontraron inflando la burbuja de los países del sur de Europa. Billones de euros migraron felices a las costas del Marenostrum para hacer su especial agosto financiero. Recalentaron la economía de España hasta un punto en el que ni los políticos ni los reguladores ni los banqueros tenían ya control sobre el monstruo que había creado. Una deuda de cuatro veces el PIB nacional, una economía que dependía en un 40% de la burbuja especulativa inmobilidaria, un mercado laboral desestructurado, un país sin especificidad económica, ese es el legado de la locura de los gobiernos últimos de España, a cuyo timón económico estuvieron Solbes, Rato y de nuevo Solbes

La situación actual es consecuencia de esas políticas y no va a parar aquí. La incapacidad y la obstinación hacen del gobierno actual un peligro para España. La profundización en las medidas que nos han traído aquí nos llevará, si nada lo remedia, a 7 millones de parados en 2014, a la imposibilidad de mantener la Seguridad Social con 15 millones de cotizantes, un tercio de los cuales son de cotizaciones irrisorias, y a la destrucción de los sistemas públicos de solidaridad social, que son la salvaguarda de la paz social. Las declaraciones de los responsables (!) políticos van en esta dirección. Frases como que hay que profundizar en las reformas, o que hay que acelerar el proceso de reforma del Estado, no dicen otra cosa nada más que han perdido la cabeza y lo único que les queda es aferrarse, cual náufragos, a la supuesta tabla de salvación que es la fe en que esto tiene que cambiar. No, señores, no. Esto no cambiará si no se hace nada por cambiarlo. Las políticas aplicadas nos llevan hacia la depauperación de la población y la pérdida de la autonomía económica. En otras palabras, nuestro futuro es ser una colonia del capital Alemán y sus satélites. Sin economía productiva, que sigue perdiendo empleos e inversión, sin investigación más desarrollo, frenado por los recortes, y con una concentración en el turismo y el sector servicios, España va directamente hacia el subdesarrollo como nación.
 
¿Qué hacer? Pues, dado que esto ha fracasado, quizás sea hora de probar otras opciones. Entiendo que será muy duro para nuestro país, pero la única opción, si no queremos entrar en el colapso de Grecia o Portugal, es salir de la influencia alemana, reestructurar la deuda, repatriar los capitales, abandonar el control de la Troika y buscar otras alianzas con países emergentes y nuestra área natural de influencia, América Latina, que sigue creciendo como zona económica y puede sernos de gran utilidad. En fin, que debemos ir hacia una transformación-conversión social, económica y política, si queremos salir de verdad de esta situación. De seguir como vamos, no hay futuro para el país llamado España.

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30.04.2013 09:34

El derrumbe moral del mundo

 

Ha vuelto a suceder, no es la primera vez y, por desgracia, no será la última. Puede que el número de muertos llegue a varios centenares y los heridos pase el millar. Fue en Bangladesh, como podría haber sido en India, en Pakistan, en Vietnam, en Thailandia o en China. No se trata de una fatalidad, tampoco de una mala coincidencia, se trata de un crimen, un crimen que tiene culpables y cómplices y que hay que investigar para que se esclarezcan los hechos y no vuelva a repetirse. El crimen se cometen con la ley en la mano, con la ley de unos países que apenas son capaces de hacerla cumplir, pero con la ley en la mano.Los culpables, de forma sistemática, salen indemnes y las víctimas siguen aumentando cada año. Mientras, muchos buenos hombres siguen callando y ese mal es superior al mal que comenten algunos pocos malos hombres. Los abogados, pagados con el dinero que genera el crimen, son capaces de abrir una sima legal entre los hechos y sus causas, y sobre esa sima se extiende el abismo en el que Occidente fragua su declive moral, el derrumbe de lo que nos hace humanos.

Dicen algunas crónicas que entre los restos pueden verse etiquetas de ropa de grades marcas conocidas por todas, algunas de ellas españolas. El edificio colapsado albergaba cuatro fábricas donde, en condiciones propias de las galeras de presos, trabajadoras que en su mayoría no superan los 14 años, se afanan por tejer las ropas que lucirán en los escaparates de cualquier capital que se precie. Los consumidores, muy sesudos en sus análisis de coste y beneficio, sopesarán el género, calcularán el coste de oportunidad y adquirirán aquellas prendas tan económicas a las que están acostumbrados, sin cuestionar ni por un segundo cómo ha llegado aquella prenda allí, qué sudor ha sido necesario, qué sueños truncados impregnan sus costuras, qué estructura ha permitido que pueda vestir con elegancia su marca favorita. El consumidor no dudará en mediar el precio y la calidad, pero no parará ni un segundo en sopesar el coste moral de aquella compra. Ni sabe ni quiere saber que las grande compañías, entre ellas la archiconocida Zara, tiene toda su producción en países con legislaciones laborales laxas que permiten a sus empresarios locales jornadas laborales de más de 12 horas durante los siete días de la semana por salarios de miseria y en unas condiciones que convierten el simple oxígeno en un lujo al alcance únicamente de los encargados de la fábrica. Las niñas, porque son niñas en su mayoría, deben trabajar en posturas incómodas, con un aire viciado y durante interminables jornadas. A esto se une que los locales no están capacitados para soportar el peso de la maquinaria y las personas que se hacinan allí. El cocktel mortal está servido. El tiempo hace el resto.
 
Los culpables son los dueños de las empresas multinacionales que buscan el menor coste para su producto, los sistemas legales y políticos de esos mismos países que consiente que se cometa un delito que en su país estaría perseguido, los políticos y sistemas legales de los países productores que se dejan ensuciar con la corrupción organizada por las multinacionales y los mismos empresarios locales que no tienen ningún escrúpulo en exponer la vida de tantos seres humanos. Esos son los culpables, pero también hay responsables. En la página 215 de No podéis servir a dos amos digo exactamente esto: "Si hoy puedo saber lo que sucede en cualquier lugar del mundo y puedo tener certeza de por qué sucede, soy responsable moralmente de ello, en tanto en cuanto no hago nada que lo evite o mitigue, como es el caso de la ropa que las multinacionales producen en países subdesarrollados con mano de obra esclava infantil. Si yo adquiero esas prendas soy cómplice de ese mismo crimen". Efectivamente, hoy somos responsables de que se siga cometiendo ese crimen, pero además somos cómplices, puesto que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Velis nolis tienes la opción de saber qué sucede, si no lo haces es por que prefieres cerrar los ojos y seguir como si tal cosa. Eso te hace cómplice del crimen. La próxima vez que mueran cientos de trabajadoras en una maquila como la de Bangladesh, no preguntes cómo ha podido suceder, ya lo sabes: cuando compras esa ropa prolongas la agonía y te haces cómplice del crimen que se está cometiendo.

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30.04.2013 09:33

El giro del pensamiento de Benedicto XVI

 

La renuncia de Benedicto XVI tomó desprevenidos a muchos entre los que me incluyo, pero un análisis de ciertos textos de finales de 2012 habría dado claves para prever lo que vendría. Mucho antes de que se produjera esta renuncia, algunos ya atisbábamos la defunción de un modo de entender el mundo y la Iglesia. En el libro queacabo de publicar dedico un capítulo a la crítica de Caritas in veritate y cómo esta Encíclica supuso una quiebra en la interpretación de la Doctrina Social sobre el capitalismo. Digo en el libro que la Encíclica acepta el capitalismo como hecho natural y estructura humana de organizar la economía, cosa que va contra toda la anterior doctrina de la Iglesia al respecto (véasen las páginas 49-64). Aquella Encíclica, nacida muerta, no encara el verdadero problema del sistema económico y social: que está basado en el lucro egoísta y en el productivismo sin control, sometiendo el ser al tener. Apenas roza una crítica hacia el comportamiento falto de ética de los agentes económicos, a los que culpa de la crisis, sin ver, por presbicia, que el problema es estructural y sistémico. 
Pues bien, aquel error, en buena parte aunque no del todo, viene a solucionarlo un documento fechado el 8 de diciembre de 2012, día de la Inmaculada. Se trata del mensaje de Su Santidad con motivo de la celebración del día mundial de la paz el 1 de enero de 2013, cuyo título es Bienaventurados los que trabajan por la paz. En el número 5 nos encontramos con el inicio del cambio respecto a lo que se dice en la Encíclica. Aunque aún es tímido, sí podemos ver cómo se señala al modelo, al sistema en sí, como los culpables de la barbarie que es hoy la economía. Se dicen cosas como que el modelo económico "que ha prevalecido en los últimos decenios postulaba la maximización del provecho y del consumo, en una óptica individualista y egoísta, dirigida a valorar a las personas sólo por su capacidad de responder a las exigencias de la competitividad". O bien, en el número 4: "la ideología del liberalismo radical y de la tecnocracia insinúan la convicción de que el crecimiento económico se ha de conseguir incluso a costa de erosionar la función social del Estado y de las redes de solidaridad de la sociedad civil, así como de los derechos y deberes sociales". Estos y otros ejemplos muestran que hay un cambio sustancial sobre el pensamiento reflejado en Caritas in veritate.
 


Otro de los textos que pueden ser considerados como precedentes de la decisión de renuncia, pues indican que se llega a la conciencia del fin de una época, es la Carta apostólica postsinodal Ecclesia in Medio Orientede 14 de septiembre de 2012. El texto es de una sencillez y cercanía que resulta, en sí mismo, evangélico, pero desde el número 19 hasta el 28 habla del diálogo interreligioso, especialmente en el 27, que merece ser leído detenidamente: "La tolerancia religiosa existe en numerosos países, pero no implica mucho, pues queda limitada en su campo de acción. Es preciso pasar de la tolerancia a la libertad religiosa. Este paso no es una puerta abierta al relativismo, como algunos sostienen. Ytampoco una medida que abre una fisura en el creer, sino una reconsideración de la relación antropológica con la religión y con Dios. No es un atentado contra las «verdades fundantes» del creer, porque, no obstante las divergencias humanas y religiosas, un destello de verdad ilumina a todos los hombres. Bien sabemos que, fuera de Dios, la verdad no existe como un «en sí». Sería un ídolo. La verdad sólo puede desarrollarse en la relación con el otro que se abre a Dios, el cual quiere manifestar su propia alteridad en y a través de mis hermanos humanos. Por tanto, no conviene afirmar de manera excluyente «yo poseo la verdad». La verdad no es posesión de nadie, sino siempre un don que nos llama a un proceso que nos asimile cada vez más profundamente a la verdad. La verdad sólo puede ser conocida y vivida en la libertad; por eso, no podemos imponer la verdad al otro; la verdad se desvela únicamente en el encuentro de amor". Cualquier lector de textos anteriores de Joseph Ratzinger, sabe perfectamente que lo dicho en ese párrafo, especialmente lo subrayado por nosotros, contradice radicalmente posiciones previas respecto a la consideración de la verdad, del diálogo y de la propia fe. Se trata de un giro radical, producido por la necesidad de ver la fe en el contexto del encuentro con los otros, en Medio Oriente.
 
Creo que estos dos textos señalan un cambio en la teología que había diseñado la Iglesia en los últimos 30 años y que ha demostrado su incapacidad para comprender realmente el mundo y, en último término, la propia experiencia del Evangelio. Estas dos muestran nos dicen mucho de por qué se llegó al hecho singular de la renuncia mucho más que los escándalos sexuales, la pederastia o los problemas financieros del Vaticano. Se trata de una crisis de modelo de autocomprensión de la institución, no solo del modo cómo se vive. Por tanto, un hombre inteligente y lúcido no podía tomar otra decisión, decisión que permitirá al juicio futuro exonerarlo de tantos problemas del pasado, que la de renunciar y abrir así la puerta a otra forma de vivir la Iglesia, de ser Iglesia. La renuncia supone la muerte por agotamiento de la perspectiva agustinista que ha guiado a la Iglesia durante tantos siglos y la posibilidad de volver a vivir el Evangelio sin glosa, como quiso Francisco, como quiere hoy Francisco.

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30.04.2013 09:32

El sexo sin sexo

 

En la sociedad postmoderna se ha generado toda una ideología justificadora de la sociedad global con el nombre de multiculturalismo. Básicamente se trata de la aceptación de todas las culturas, las tradiciones y las creencias como iguales e intercambiables. No hay ninguna superior a la otra, ni ningún tipo de criterio que pueda abarcar a todas ellas, cada una tiene un valor propio e incomparable. Por tanto, lo que se debe hacer es aceptar todas las culturas de forma acrítica sin intentar cambiar nada en ellas, todo intento de crítica es a su vez descalificado como prepotencia ideológica y exclusora. Nadie puede arrogarse, según esta nueva ideología, la posibilidad de juzgar las culturas, ni mucho menos de descalificarlas. Lo que se puede y se debe hacer es aceptarlas tal como son sin intentar ningún tipo de juicio sobre ellas.
 

Esta nueva ideología, como toda ideología, es peligrosa por lo que intenta ocultar, no por lo que manifiesta. Los intereses económicos y políticos que encubren son los que la convierten en un frente interesante de estudio. Como toda la Postmodernidad intenta encubrir una situación de injusticia global so capa de tolerancia y respeto al otro. El otro se ha convertido en un referente hueco, en un reflejo del yo que desea encontrarse a sí mismo mirándose en el espejo del rostro del otro vaciado de su otredad. El otro es una imagen creada y proyectada del yo solipsista postmoderno. La imagen más real del otro es Benetton, la marca de ropa italiana. En su publicidad aparecen jóvenes de distintas razas, culturas y religiones pero todos con el mismo aspecto, el aspecto Benetton. Bajo la apariencia de diferencia, todos son lo mismo, todos son el mismo yo consumidor postmoderno, sin ningún atributo real que les diferencie, sólo pura fachada.
 
En el mercado postmoderno se encuentran toda una serie de productos privados de sus propiedades dañinas, productos que son los mismos externamente: en color, sabor, olor… pero se les ha eliminado aquello que les hace potencialmente peligrosos para la salud. El café sin cafeína, la cerveza sin alcohol o la crema sin grasa, son algunos de los productos más conocidos. Estos productos son los mismos que los otros a los que no se ha privado de su propiedad esencial, pero no son lo mismo. ¿Qué es el café una vez eliminada la cafeína?, probablemente no pueda seguir siendo nombrado igual porque la cafeína es lo que hace que el café sea tal, de modo que nos venden un producto que no es lo que es, es decir, que no es en absoluto. Esta es la esencia de la Postmodernidad: mantener la apariencia y eliminar la esencia.
Con las culturas sucede lo mismo, se mantiene la apariencia de ser diferente pero se anula su efectiva otredad, lo que hace que sea otra cultura y no la mía. Al calor de los productos vacíos que hemos visto también podemos extender el proceso a las situaciones sociales. El sexo se ha vaciado de su esencial relación personal a través de la red de redes y ha quedado en sexo virtual, sexo sin sexo; la guerra, por mor de los mass media, se resuelve en un video juego extendido, una guerra sin guerrasin consecuencias para nosotros; también la experiencia de la alteridad multicultural que acepta al otro sin su otredad, sin lo que le hace ser otro, es la cultura sin cultura, es decir, el envoltorio folclórico sin el proceso de cultivo que supone toda cultura –cultus, cultivo–. Se arranca toda la tradición que hay tras una cultura y se la utiliza para extender el dominio global. Las culturas son utilizadas así como caballos de Troya para la invasión de los pueblos.
 
El multiculturalismo actúa como ideología que justifica la supuesta intangibilidad de las culturas, pero en el fondo lo que hace es vaciarlas de contenido antes de asumirlas. Las culturas que se nos presentan han sido convenientemente vaciadas de sus contenidos diferenciadores y asépticamente integradas en nuestra civilización postmoderna. El ejemplo más claro puede ser la Gran Manzana, donde se puede encontrar de todo tipo de culturas, creencias e ideas diferentes, pero todas integradas en un mercado único. Usted puede comer en un restaurante japonés, vestir el traje típico indio y beber Coca-Colamientras invierte en la bolsa a través de su móvil de última generación. Todo es posible si se acepta el modelo de vida postmoderno, cualquier cultura puede integrarse sin ser juzgada, pero, eso sí, convenientemente castrada.
 
Para seguir leyendo en la página 235 de No podéis servir a dos amos. Crisis del mundo, crisis en la Iglesia, Herder 2013.

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30.04.2013 09:31

Se acerca el big crunch financiero

 

Una de las teorías que han sido desechadas respecto al destino del Universo es la del Big Crunch. Esta teoría de la Gran Implosión o Gran Colapso, presuponía un Universo que cerrado que en algún momento frenaría su expansión debido a la fuerza de la gravedad y comenzaría a contraerse hasta que colapsase sobre sí mismo. Si la densidad del Universo es de 3 átomos por metro cúbico, la gravedad haría que e colapsase y acabara implosionando, pudiendo abrirse la opción de un segundo Big bang tras el Gran Colapso. Pero esta teoría ha sido descartada por los descubrimientos que los telescopios han aportado en los últimos diez años. Hoy, lo que se sabe es que el Universo sigue expandiéndose de forma constante y que no se frenará en ningún momento, lo que nos lleva a la concepción de un Universo en expansión hacia una muerte por congelación. Sin embargo, esta tesis también ha sido refutada, de modo que, al parecer, el Universo seguirá expandiéndose sin morir de frío de forma indefinida. Puede que la energía oscura tenga mucho que ver en esto. Sin embargo, en lo que hace a la economía sí parece que la teoría del Big crunch o Gran Colapso puede explicar lo que está por venir: la autodestrucción del capitalismo financiero.
 


Desde que comenzó la crisis sistémica capitalista ha habido tres maneras de enfrentarse con ella. Una de ellas ha sido la Europa, encabezada por Alemania. La fórmula ha sido salvar con dinero público a los bancos, nacionalizar las deudas privadas y reducir hasta el máximo posible el gasto público. Alemania ha impuesto una política draconiana a los Estados del sur y otros segundones con el fin de asegurar que sus bancos cobren el dinero que prestaron de forma irracional. Por tanto, esta forma de solucionar la crisis es hacer que los Estados la paguen y el sistema financiero se salve. Otra forma distinta ha sido la de Estados Unidos. La Reserva Federal (FED) no ha dejado de inyectar liquidez en su sistema financiero mediante tres QE, o alivios cuantitativos, un eufemismo que esconde la pura y simple impresión de dinero sin respaldo económico real. En cinco años, la masa monetaria en USA se ha triplicado. Es decir, ahora hay mucho más dinero en circulación que hace cinco años, pero la economía real no ha triplicado su producción, con lo que tendría que producirse un enorme aumento de la inflación, cosa que, extrañamente, no se ha producido. Lo que nos lleva a pensar que se está acumulando un crack brutal en un futuro cercano, un crack como el del 29 elevado a la enésima potencia, es decir, la destrucción total del sistema financiero mundial.
 
La tercera forma de enfrentarse a la crisis ha sido la japonesa. El caso de Japón es singular. En el país nipón llevan más de veinte años de deflación constante. Allí, los precios de dejan de bajar y el PIB se mantiene constante desde hace lustros. La crisis financiera afectó, pero no como en Europa o en USA, sino de una forma distinta: su crisis es de mayor pérdida de valor en los productos. Su economía mantiene una atonía que le lleva a la muerte lenta. Por eso, tras asumir la reconstrucción de Fukushima, el presidente del Banco Central de Japón ha decidido aplicar la política de la FED: imprimir dinero sin límite. La decisión implicatriplicar la masa monetaria entre este año y el próximo. Con esa medida se pretende poner más dinero en manos de la gente para que consuma y elevar la inflación al 2% en 2014. Esta medida va a llenar de liquidez la bolsa de Tokyo, produciendo un recalentamiento del capital especulativo a nivel mundial. Lo más probable es que Japón utilice todo ese dinero para especular con los precios de la energía y los alimentos, pues Japón es muy deficitario en energía desde lo de Fukushima. Esto producirá un efecto dominó en el resto de bolsas lo que nos llevará a una locura especulativa de la que no se sabe cómo saldremos. Lo más probable es el colapso total de la economía. Preparémonos para ello.

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